martes, 3 de abril de 2018

Martes, noche. Cerveza.

Ya estoy mamado de dar tumbos entre lo pendejo y lo tierno y el elogio y la cursilería. Te expresé tímidamente que me parecías lo más emocionante en esta tierra después de la coca cola y las pantallas de alta definición. Tu respuesta fue tan neutra como lograste parir en tan poco tiempo y pudiste exitosamente responder a la premura del ansioso con un terrón de azucar para quien busca el nectar que brota de las ideas nacidas de noches de besos y arrepentimientos. Sé que me diste oportunidades, vaya que sí lo hiciste, acudiste rauda a mi bar favorito a escucharme divagar estupideces y tristezas, pero joder, me sentía como doceañero en traje nuevo. No sabía como impresionarte y siempre creí mi físico, mi sonrisa y mi encanto insuficientes para tu gloriosa visión. Imagino pasas tu tiempo despachando ilusos con mucha menos suerte que yo, pero caray ¿Puedo soñar cosas tan grandes como respuestas francas a mis torpes insinuaciones? podrías por favor romperme de una vez por todas el tonto corazón (podrido de latir)? déjame decirte, de cerca, más bobadas, quizás gane la lotería y encuentre las palabras precisas para hacer a tu corazón medio minuto el mismo latir que el mío.

 

jueves, 10 de marzo de 2016

Sírvase usted

Y te veo, oh gran esperanza perdida, pateando como feto en el útero de una madre desvergonzada y despreocupada cómo es la que pare tu sueño, cómo es la que vive en la memoria de otros, la memoria del mañana, el futuro y la eternidad.

Envidio tu talante, lo decidida que estás,

Te amo inmensamente,

Te sufro a cada descalabre descuidado al intentar volar la barda de la cuna de la comodidad hacia la eternidad, siempre con tu vestido favorito, el de marginal, el de olvidada, incluso teniendo un hogar cálido, que no te comprende, que sí te comprende, con comida caliente, una habitación fresca.

Añoro tus caminos perdidos, tu amor desperdigado en momentos de locura, desenfreno, el brillo de la lumbre en lo más oscuro y recóndito de tu conciencia que se esfuerza en romper el mundo, en adquirir placer, pero más que nada, y como siempre has pregonado,

En complacer,

Cariño mío,

En complacer esas mentes que dan tumbos por las calles de mi maravillosa ciudad, bajo la luz incandescente de los sueños rotos, de otros tontos que lo intentaron.

Ya no sé ni qué tontería decirte en nuestras tertulias etílicas, ya no sé si sirva prenderle más velas al santo de tu devoción,

Para verte satisfecha, pues odiaría, como cualquier día prometiste, verte bajo las ruedas de un camión, o bajo la bota de un maldito aguacate.

Sírvase de una banal inspiración de una noche acalorada.

Sírvase de un fervor al borde de los vómitos y la decadencia

Sírvase de la noche, antes de un turno de 24 horas

Amén.

sábado, 20 de febrero de 2016

Te mando un beso

Te mando un beso

Pero no cualquiera, no igual a los demás,

Como ese que jamás volvimos a darnos,

Que sabía éxtasis, a Sabina, a curiosidad,

Que nos dimos escondidos entre la multitud, encerrados en nuestro propio deseo.

Un beso con el ímpetu de nuestros mejores años,

Con la fantasía de una asignatura pendiente,

Lleno de fuego para continuar, pero con la fuerza para parar

Te mando un beso, como el de aquel marzo en Santa Lucía,

Basta mencionar aquel lugar basta para recrearlo en mi mente,

Y calentar el alma durante una tertulia de noche fría cinco años después.

Un beso, como el que tú y yo recordamos pero nunca mencionamos,

Incierto e intenso, como para reírnos, como para repetirlo.


Por: una buena amiga que dudo desee su nombre por estos parajes...

viernes, 29 de enero de 2016

Una pausa

Enciendo el cigarrillo... Luego miro como se quema el tabaco que contiene, avivo el fuego con mi aliento, inhalo luego y al exhalar siento mi alma fugarse con el humo hacia el infinito mientras el resto de lo que me compone espera desesperado su regreso, mientras esa parte muere tratando de llegar al cielo... Simplemente fallé, ahora me falta el aire. Mi visión se nubla, aguanto dentro un poco de oscuridad mientras me preparo para la próxima angustiante pero placentera bocanada...


domingo, 17 de enero de 2016

El precio

Estos arreboles de tristeza y cigarrillos no van a dejarme escapar bien librado, la pequeña muerte liberadora de cada calada me recuerda lo que tanto escuché y vi durante el desarrollo y apropiación de mi profesión, cada escape de la vida, por tranquilizante, emocionante que sea, arranca minutos de mi tiempo, y me empuja a una vejez sombría, a un cuerpo débil, digno solo de lástima por quienes fueron más renuentes a sucumbir en dichos placeres efímeros ante la adversidad. Quemo mis días en el humo y las copas y nada me trae más sosiego o me inspira más pasiones, más palabras o más ternura que danzar con la muerte que porta esa bella máscara, cuando la vida, de piedra caliza tallada por tantos otros, no hace más que burlarse de mis intentos de arrastrar su peso en soledad.


viernes, 15 de enero de 2016

Ruinas

Descubriéndome otra mañana en ruinas, con la casa llena de colillas de cigarrillos, botellas vacías, restos de papas a la francesa desperdigados por ahí y el piso pegajoso por alguna cerveza o jugo regado por alguna borracha, me pregunto qué estrepitoso golpe del magnificente azar me ha traído de nuevo a esta escena cuando en mi vida los momentos de éxtasis se resumían a una habitación de 2x2, caliente como el infierno, canciones para cantar y la más dulce y a la vez violenta de las compañías. Estar aquí no está mal, es un escenario conocido, muy amable con mis emociones y mis recalcitrantes intentos de borrar ese otro escenario en el que quise vivir toda la vida, nada raro para mí quien solo espera la estocada final para poder rendirme a la vida monótona que trae tener el corazón duro y podrido de latir. Ojalá me encuentre este escenario unas cuantas veces más, quizá con música más grata y una memoria adormecida por el ron blanco, el anisado, el vodka, el tequila, el ginebra y un par de firmes piernas de mujer a la que apriete la piel y la carne con mis dedos, por el resto de la mañana.

Amén.


lunes, 4 de enero de 2016

Llama

Al parecer
Decidiste dejar que
Tu imagen se queme en mi cabeza.

Deja que queme bien
Así quizá un día,
Cuando me hayas dejado,
Pueda recordarte por las marcas,
Que delicadamente
Dibujan tu figura
Cada vez que cierro los ojos.


Sigue con tu llama quemando mis retinas...